
06 Oct La ansiedad social y cómo afecta a las personas migrantes
El próximo 10 de octubre, es el día de la salud mental y como bien sabéis queridos lectores soy una creyente e insistente en hablar de cómo la salud mental afecta a directamente a las personas migrantes y su proceso de adaptación. Hablando de esto con Santiago Tubío, quien trabaja la psicoterapia floral y es parte del equipo de YoSoyElOtro Asociación Cultural, decidimos unirnos en esta entrada para hablarte de la ansiedad social y cómo afecta a las personas migrantes.
Hablar de la salud mental, es legitimar el papel que tienen las personas migrantes como seres pensantes y emocionales.
Es más, ahora después de la COVID-19, se ha comenzado a hablar más de esta y a evidenciar la ansiedad y sufrimiento de las personas que padecen este tipo de enfermedades y trastornos.
¿Qué es la Ansiedad Social?
El doctor en Psicología y profesor titular de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Barcelona, Dr. Arturo Bados, señala que la ansiedad social se caracteriza por un miedo intenso, persistente y excesivo que surge en respuesta a una o a más situaciones o actuaciones sociales a las que la persona se ve expuesta, especialmente frente a gente desconocida o ante el posible escrutinio por parte de los demás que la persona cree que puede sufrir.
Actualmente, este es uno de los trastornos que logra convertirse en una afección crónica de salud mental y que afecta aproximadamente a un 12% de la población mundial, y al colectivo migrante de forma silenciosa, pero intensa
Al hablarlo desde la perspectiva migrante y en este caso, como expone Santiago, las personas migrantes puede sentir miedo o “ansiedad anticipatoria”, esto es debido a que existe una serie de situaciones que las pueden activar como son: hablar o actuar en público, unirse a un grupo para iniciar una conversación, asistir a fiestas, conocer a gente nueva, comer en público, expresar desacuerdo, interactuar con figuras de autoridad o entrar en un sitio con mucha gente o ser el centro de atención.
¿Por qué hablamos de ansiedad y fobia social en las personas migrantes?
En otra entrada “que hablemos el mismo idioma no significa que nos comuniquemos igual” ya exponía como las personas migrantes aun hablando el mismo idioma, pueden llegar a sentirse inferiores, no comprendidas y rechazadas en espacios públicos, accesos a puestos de trabajo o creación de vínculos sociales por los diferentes dialectos del español y que se encuentra muy relacionado con cómo puede surgir la ansiedad anticipatoria.
A nivel fisiológico, las personas que sienten el rechazo pueden sentir un incremento de sudoración y del ritmo cardíaco, falta de aire que pueden derivar en ataques de pánico.
Al final, no siendo una experta, pero Santiago sí, añade que detrás de estas respuestas físicas siempre hay un componente psicológico como puede ser; pensamientos reiterativos, como por ejemplo, sentir que no se tiene nada que aportar, sentimientos de impostor y desvalorización personal.
¿Cómo afecta la ansiedad social a las personas migrantes?
Si ya es complicado que las personas en su día a día aborden, gestionen y no somaticen sus procesos mentales, este tipo de ansiedad es difícil de compartir, de explicar y a las personas que no la sufren les cuesta entender lo que les está pasando.
Además, cuando las personas que nos rodean, familiares, amistades y en algunos casos usuarias y usuarios verbalizan sus dificultades emocionales, les hacemos un flaco favor quitándole importancia, puesto que evita la detección y la actuación ante el problema. Santiago Tubío, expone que cuando nos referimos a personas migrantes, de origen migrante y/o racializadas, observamos que es una población más susceptible de padecerlo de lo que pensamos.
¿Qué relación tiene la ansiedad y el duelo migratorio?
Las personas migrantes, se exponen constantemente a situaciones difíciles (estresores que, como en el síndrome de Ulises están identificados en siete duelos alrededor de la migración) como pueden ser; como el abandono del país de origen, la adaptación a una nueva cultural, a otra lengua y clima; también a otras experiencias cargadas de violencia como consecuencia de la xenofobia, el racismo social y estructural que se impone al migrante con la obligación a “tener que integrarse” a la sociedad de acogida.
Quiero recordarte, como ya hice en la entrada de “La importancias del Talento Migrante”, que desperdiciamos talento constantemente, entre falta de legalidad, la desigualdad de oportunidades o las discriminaciones por género, y a esto añadimos, que obviamos la formación y experiencia profesional en los países de origen y mucho menos aceptamos o intentamos ser asertivos la persona lleva una mochila y que con su talento y capacidades también viene su historia migrante.
Todo esto es un gran coctel molotov que genera situaciones de ansiedad difíciles de gestionar que hacen que estas sintomatologías se disparen, que las personas sufran y puedan entrar en procesos depresivos, que podrían traer terribles consecuencias, pero sobre todo podía ser evitadas.
Si queremos hablar de talento, de migración positiva y de cambiar las narrativas en torno a la migración, entonces debemos abordar la salud mental y así transformar los discursos hacia la oportunidad y las potencialidades que tenemos como seres humanos.
Quiero agradecer a Santiago por su tiempo, trabajo y apoyo, e invitarles a que se sumen a su proyecto, conózcanlo y así aprender a disfrutar de la vida con la buena salud mental.
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