Duelo Migratorio y el cuidado de la Salud Mental

¿pedimos ayuda?, ¿cómo nos cuidamos si no sabemos que tenemos que ser cuidados?

Duelo Migratorio y el cuidado de la Salud Mental

Esta semana, por el día de la salud mental, se han visto muchos mensajes, historias, recomendaciones e incluso hasta herramientas, para que, como seres emocionales, demos importancia tanto a nuestra salud mental como a la salud física. Pero ¿qué pasa cuando no podemos reconocer lo que nos ocurre?, ¿pedimos ayuda?, ¿cómo nos cuidamos si no sabemos que tenemos que ser cuidados?, ¿cómo nos cuidamos si no tenemos tiempo para gestionar nuestras emociones?, ¿qué pasa cuando no podemos reconocer el duelo migratorio?

 

¿Cuántas de las personas que conocemos han permanecido en su ciudad y han echado raíces en ella? ¿Conoces a personas que sean únicamente de un lugar?

 

Si conocéis a alguien que cumpla con estas características, enhorabuena, conocéis “al diferente”, lo que sale de lo habitual en las grandes ciudades, lo “no normalizado” y continúo preguntando, ¿estas personas se sienten diferentes?, ¿no verdad?, al final somos personas que compartimos el mismo aire, respiramos de la misma forma y la estructura de nuestros sueños es la misma. Entonces, por qué hay migraciones de clase, ¿Por qué rechazamos lo diferente?

 

¿Por qué intentamos incluir “al diferente” en una estructura que no se ajusta a su realidad?

 

Las personas desean vivir en un mundo coherente que les aporte seguridad y bienestar, donde se desarrollen como personas, como familia, que tengan un trabajo, en general supone tener un proyecto vital.

10 de octubre, día mundial de la salud mentalAhora bien, cuando este proyecto vital no se cumple, no tenemos la suficiente estructura social, personal y habilidades sociales que nos permitan enfrentarnos a esos acontecimientos que desequilibran nuestra vida, surgen “rupturas en nuestra identidad”, haciéndonos a veces sentir incapaces de poder dominar y enfrentar el curso de nuestra propia existencia.

Te contare brevemente la historia de Andrea (no se llama así, pero hay que proteger el anonimato de las personas), tiene 24 años, llegó a España hace cinco meses, quería venir, es fruto de una reagrupación familiar, su padre vivía en España desde hacía más de 15 años y ella, ha sido la última de los miembros de la familiar en migrar

La primera vez que hable con ella, un aro de tristeza estaba a su alrededor, me contó la carrera que estudió en su país de origen (latinoamericano) no se puede homologar, en todo caso accedería a la equivalencia, pero no le daba la competencia para ejercer. Me comentó que se esforzó por ser la primera de su clase, por pagar la universidad mientras estudiaba y trabajaba, y que aquí, si bien contaba con la suerte de estar con su familia, la que por primera vez estaba junta después de 15 años, ella, no podía ser ella.

 

Me habló de sobre cómo los últimos meses, se había sentido pequeña, chiquita y menos preciada

 

Sentía que sus conocimientos no tenían validez y que hasta le habían dicho que “con su español no la entendían”, que sus rasgos físicos hasta ahora no habían sido importantes y de repente la estereotipaban, que tener vida social ahora le generaba ansiedad, no quería relacionarse ni generar lazos y que la tristeza junto al insomnio se había apoderado de su proyecto vital.

En un segundo encuentro, me comentó que creía que está en duelo migratorio mucho antes de haber migrado, que los últimos meses en su país ya había tomado la decisión no hacer nuevas relaciones ¿para qué? ¿para qué si no se cuando voy a regresar?, pero ahora ¿para qué si ya no sé si quiero estar aquí?

Me contó que se encontraba en un mar en el que navegaba constantemente entre el agradecimiento porque a pesar de todo, no había migrado en situaciones dramáticas, abruptas y había tenido tiempo para organizar su viaje, se sentía agradecida por la calidad de vida, de ella y de su familia, pero al mismo tiempo se sentía culpable, responsable y con frustración porque había tenido que asumir que “ya no sería ingeniera” sino que tenía que comenzar a formarse en telecomunicaciones, hostelería o limpieza para poder apoyar a sus padres en los gastos de su migración.

 

¿Por qué es tan importante la gestión del duelo migratorio en las personas migrantes?

 

El caso de Andrea, no es un hecho aislado, es más cumple un perfil del que poco se habla cuando hablamos de migración, con niveles socioeducativos altos, que han organizado su proyecto migratorio, pero que cuando aterrizan este proyecto, se dan cuenta que no es aquello que proyectaron, que en su imaginario a pesar de encontrar dificultades, no se esperaban las barreras lingüísticas, discriminatorias y racistas de la sociedad de acogida que siempre juzga al extranjero y que deposita en él una mochila que con el tiempo se hace pesada y que dificulta respirar.

10 de octubre día Mundial de la Salud Mental

La dificultad añadida es que la migración siempre se contempla como un problema para el país receptor, en otros como recurso económico y demográfico, pero pocas veces se considera como un logro evolutivo.

Es decir, no miramos la otra cara de la moneda, la que siempre está en la sombra, esta cara, la de la persona migrante, sus vivencias, sus herramientas, vive un duelo con características especiales y que dependiendo de las circunstancias que lo rodean, como en el resto de los duelos por los que transitamos los humanos, se complica o no provocando intensidades de sufrimiento en ella.

Por esta semana, quiero recordarte que este tipo de duelo no sólo lo padecen aquellas personas que realizan una movilidad por necesidades económicas, por condiciones de subsistencia, sino también aquellas en las que el cambio climático, las guerras, la persecución o la inestabilidad política obligan a plantearse otras perspectivas de futuro simplemente para aquello que llamamos “vivir en paz”.

Las migraciones en sí mismas son un conjunto de circunstancias inherentes que se suman a esa “mochila de pérdidas” de los vínculos familiares, culturales, la tierra y todo lo que nos es conocido.

 

En el apartado de la web sobre Duelo Migratorio, encontraras otras entradas como “Simple y Complicado: Duelo Migratorio”, “Salud y Duelo Migratorio”, donde podrás encontrar sintomatología y herramientas ante este duelo, que siempre es parcial y recurrente, porque nuestro lugar de origen no se va, nuestra historia de vida no se diluye y nuestras experiencias no se olvidan.

Por último, si eres personal técnico que trabaja con población migrante, fórmate en duelo migratorio. Si eres migrante, reconoce tus emociones y legitímalas, acude a espacios y entidades donde se aborde el duelo migratorio y si eres ciudadano, no le digas a una persona que se regrese a su país, no juzgues su decisión de migrar, sino que dale la oportunidad de poder desarrollar su talento como migrante.

4 Comments
  • Reneé
    Posted at 15:05h, 13 octubre Responder

    Como siempre un buen artículo, es una verdad invisibilidad. Me identifico con ella.
    Me encanta tús artículos.
    Bendiciones

    • amamigra
      Posted at 10:20h, 14 octubre Responder

      Muchas gracias Reneé, por tu tiempo, reflexión y dejarme un mensajito💜​

  • Sherilyn
    Posted at 11:48h, 14 octubre Responder

    Que valiente que es Andrea

    • amamigra
      Posted at 11:56h, 14 octubre Responder

      Andrea, que también podría llamarse Camila, Laura, Daniela, Sofía o como tu quieras🤭​ Lo importante es que es resiliente, sincera, valiente y está llena de berraquera, luchando por su futuro, sus sueños, los conseguirá porque con constancia y tiempo, está llena de talento💜​​😉​

Post A Comment