
26 May Salud y Duelo Migratorio
La semana pasada fue el Día mundial de la Salud “Nuestro Planeta, Nuestra Salud”, y siendo una fiel defensora sobre legitimar la salud mental de las personas migrantes, me parecía no sólo adecuado sino también acertado hablar sobre el duelo migratorio.
Aquello que no es visible, parece como si no existiera y es esto mismo lo que pasa con la salud mental de las personas migrantes. La Organización Mundial de la Salud dice que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, haciendo hincapié en el hecho de que una persona como organismo vivo no padezca ningún tipo de enfermedad y pueda ejercer con normalidad todas sus funciones.
¿Qué pasa cuando no se normaliza el duelo migratorio?
Las personas migrantes no sólo son datos demográficos, con seres humanos dolientes y supervivientes al cambio y por ello padecen un tránsito emocional, que es el duelo migratorio. Ahora bien, el sistema tal y como está conformado con sus clases migratorias intenta hacer que las personas sientan que han perdido valor o que no existen y no se habla del proceso emocional que padecen.
La principal diferencia entre el duelo migratorio y la depresión es que cuando una persona padece la segunda, la apatía envuelve su vida, casi no habla, no se mueve, no molesta, mucho menos reclama y grita, es decir, deja de estar. Cuando una persona está deprimida, se podría decir que su voz esta extraviada.
Cuando una persona padece un duelo migratorio, no es apática, sino que llora, siente y mucho, recuerda, añora, reconstruye y la fatiga mental pasa ser eso que envuelve su vida, está cansada de pensar, de tener dos pies en dos lugares distintos, de intentar ser quien debe ser y encontrarse techos de cristal que, junto con el racismo, la xenofobia, las trabas burocráticas y la invisibilidad, pasan a condenarte a ser ciudadano de segunda, aunque tengas la nacionalidad.
¿Por qué no se habla de la salud mental de las personas migrantes?
Cuando las personas están cansadas, es que ya no les quedan fuerzas y si ya no las tengo ¿Cómo voy a lidiar con los acontecimientos de la vida cotidiana? Porque cuando una persona es migrante, no solo lidia con sus que haceres, sino también los hace con los de la mochila emocional de aquellos/as a los que dejó en su lugar de origen, siempre hay alguien a quien volver a ver y no saber cuándo lo vas a hacer.
La fatiga del duelo migratorio, hace que las personas que lo padecen, lleven tiempo sin escuchar sus voces y si no se escuchan tampoco intentan ser escuchados.
Por lo tanto, ignorarse a ella entera o a sus cualidades, a su valía, a sus fortalezas más significativas y distintivas, hacen que las personas se posicionen en un eslabón inferior ante un sistema que les condena a sobrevivir en un mundo donde la salud mental y la inteligencia emocional, requiere un dinero y esfuerzo que no está al alcance de todos.
Las personas migrantes existimos. ¿Cómo afecta el duelo migratorio?
¡Claro que existimos! Y hemos existido siempre, pero si no se legitima la salud mental y la gestión emocional del duelo al final es invisibilizarla y aquello que nos es desconocido, se mal diagnostica.
¿Sabías que el pasaporte sólo existe desde hace 100 años?
Pero en las últimas décadas se ha usado una narrativa hacia las personas migrantes que nos trata una y otra vez como si no existíamos, invisibiliza la identidad cultural, la sintomatología del duelo, para hacer como si no existieran, las han negado, ocultado y denigrado a no poder tener una salud mental positiva
Quiero recordarte, que las personas migrantes, independientemente de su nivel socioeducativo, todas en mayor o menor medida se ven expuestas a una serie de estresores.
¿Cuales son los estresores que caracterizan el Duelo Migratorio?
- La soledad. Cuando inicias en un lugar nuevo, aunque conozcas a personas, inicias de cero, todo es desconocido, incluido la forma en la que te relacionas para conocer a gente nueva, conoces ese sentimiento de “sentirte solo rodeado de mucha gente” pues a eso añádele distancias, kilómetros, cambio de cultura y perdida de la familia y tendrás la constante añoranza que padece aquel que migra.
- Precariedad Laboral. Si bien hay muchas personas migrantes que cumplen sus expectativas laborales, lo cierto es que no son la mayoría. Es más, son los sectores servicios, turismo y cuidados donde las personas migrantes ocupan más puestos laborales, pero sus cualificaciones profesionales en lugares de origen suelen ser superiores a estos puestos.
- Racismo y Xenofobia. Muchas de las personas que migran, hasta que llegan a otros lugares, no se dan cuenta de las discriminaciones lingüísticas, raciales o prejuicios culturales a los que se ven expuestos y esto, aunque no haya etnia de por medio ocurre. Según tu nacionalidad te estereotipan y sesgan. Da igual cuánto dinero tengas, si eres latinoamericano, seguro que “puedes hablar español más español eh”
- Situación Administrativa. La ley de extranjería es la misma para todos, bueno en realidad esto no es del todo cierto, hablamos de clases migratorias y por lo tanto hay distinciones, si no, no habría residencia de inversionista y otras letras pequeñas, como el acceso a la nacionalidad española.
¡Legitimar la salud mental de las personas migrantes es fundamental!
En el duelo migratorio, como en el resto de los duelos, se navegará por un mar de momentos de negación, resistencia (no es lo mismo emigrante que inmigración ¿verdad?, aceptación y reconstrucción. Hago hincapié en esto último porque una persona migrante, nunca dejara de serlo, es más si vuelve a su lugar de origen volverá a padecer un duelo. Pero sí que es verdad que, en los devenires de la vida, la persona aprende a reconstruirse.
Al final, todos estamos hechos de trocitos de migración y entonces ¿Por qué no hablamos de la salud mental y las emociones de las personas migrantes?

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