¿Qué pasa cuando robamos la niñez?

¿Qué pasa cuando robamos la niñez?

¿Qué pasa cuando robamos la niñez?

El próximo 4 de junio es el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, el propósito de este es reconocer el dolor que sufren los menores cuando son víctimas de maltratos físicos, mentales y emocionales, pero ¿Qué pasa cuando robamos la niñez?

La realidad actual es que, en las guerras, los conflictos y como hemos visto hace una semana en Ceuta, los niños son los miembros más vulnerables de una sociedad y los que más sufren las consecuencias. Les robamos, arrebatamos y extirpamos la niñez.  Se ven expuestos a ser víctimas del reclutamiento como soldados, homicidios. La violencia sexual, el secuestro, los ataques contra las escuelas. Para muestra, os dejo el tráiler del documental Nacido en Gaza y que lo tenéis disponible en Netflix

Este documental dirigido por el periodista argentino Hernán Zin aporta una mirada diferente al conflicto entre Israel y Palestina a través de las vivencias de los más pequeños

Dicho documental, rodado durante la ofensiva israelí a Gaza en el año 2014, narra la historia de 10 niños, su vida diaria entre bombas y como estos, con no más de 15 años, luchan por superar el horror de la guerra y vivir una vida “normal”. Han pasado 7 años del documental y los niños siguen muriendo. La semana pasada The New York Times sacaba una portada «sólo eran niños», en torno al conflicto en Oriente Medio y en respuesta contundente al diario Haaretz, un medio israelí que en su página principal ponía las fotos de los menores muertos con la frase «este es el precio de la guerra». 

 

Pensando en las cifras de menores fallecidos en Gaza o en un conflicto bélico, este día internacional cobra más sentido que nunca, víctimas inocentes de una agresión.

 

Es curioso, porque cuando hablamos de movimientos migratorios y movilidad humana, mayoritariamente lo hacemos a nivel socioeconómico y demográfico, hablamos de adultos, pero ¿Quién habla de la infancia migratoria?

Según Naciones Unidas, 262 millones de niños, niñas y jóvenes seguían sin estar escolarizados a finales del 2020. De ellos, casi 4 millones de menores son refugiados que no pueden asistir a la escuela. Si el derecho a la educación se encuentra vulnerado, me surgen las preguntas ¿si no accedo a la educación?, ¿Cómo voy a acceder a otras oportunidades?

Por un lado, tenemos a las menores víctimas inocentes de agresión y pensamos en las guerras, como he mencionado arriba. Por otro lado, tenemos la situación que sufren los menores no acompañados en España y ¿son las leyes las que generan la agresión? o mejor dicho la normativa juega en su contra.

Es más ahora ya sabemos que el gobierno español, El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, inició los trámites para modificar el reglamento de la Ley de Extranjería con el objetivo de «facilitar la inclusión» de los menores migrantes tutelados una vez alcanzada la mayoría de edad y evitar que se queden en situación irregular cuando cumplan los 18 años.

Este proyecto normativo es una respuesta a un es un grito de auxilio ante la situación que padecen estos menores en el país. Es más, hagamos un ejercicio más práctico, imagínate, ¿Cómo serías tú con su edad si te encuentras en un país donde algunas de tus necesidades básicas para tu supervivencia no están satisfechas? Y son tan básicas como tener acceso a la documentación de identidad, sufres discriminación, te ves expuesto a la trata y la explotación, la falta de adultos que sean referentes afectivos, la ausencia de amistades normalizadas, o los efectos del trauma en la capacidad cognitiva, afectan a su comportamiento diario y a su desarrollo como seres humanos.

 

Cuando robamos la niñez, a veces podemos ver a estos menores desde el miedo, el rechazo, o como infractores, desde un punto de vista más jurídico. Pero la verdad es que, al hacerlo de esta forma, nos olvidamos de que estas acciones que rechazamos y juzgamos derivan de una negligencia grave, e incluso de la explotación, además que es necesario un análisis sólido desde la perspectiva de derechos de la infancia.

 

Ahora ya sabemos que tenemos a 9.000 menores no acompañados en el país y que se han visto expuestos a vulnerabilidades, situaciones de irregularidad sobrevenida, vulneración de derechos y a ser tratados como adultos.

Para proteger la infancia de aquellos que ahora mismo por su historia vital en sus lugares de origen y/o trayectoria migratoria la han perdido, es fundamental articular normativas que favorezcan a la inclusión tanto antes de cumplir la mayoría de edad como después de esta.

 

“Más allá de la supervivencia”, es el informe que elaboró UNICEF- España, que fue presentado a finales del 2019 y que propone un modelo de intervención integral para el cuidado y protección de niñas y niños no acompañados y separados que viven en situación de calle por quedar fuera de los sistemas de protección social.

 

Este informe señala claramente que hay menores que quedan fuera del sistema de protección en Europa, además registra, que los menores son sujetos de derechos, pero sobre todo son víctimas.  Evidenciar la pérdida de la niñez nunca debe de ser concebido como una característica natural y mucho menos social o determinada culturalmente, es sinceramente una desgracia. Es una pérdida de generaciones, es perder la esperanza y los sueños de cambio.

¿Por qué no se garantizan entornos seguros para la infancia cuando es esta la adultez del mañana? Los menores, como los adultos, seguirán migrando. Ahora bien, es nuestro deber como ciudadanos adultos proteger a los niños inocentes de agresiones, no solo con un día internacional, sino con adecuados sistemas de identificación de necesidades y documentales, con cooperación y comunicación entre instituciones a nivel mundial y respetando la niñez, porque al hacerlo protegemos el futuro.

 

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Imagen de hosny salah en Pixabay 

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