No es igualdad, es equidad

No es igualdad, es equidad

No es igualdad, es equidad

Este sin duda es el Mes de la Mujer, de las liberales, las conservadoras, las madres, las hijas, las abuelas, las revolucionarias, las luchadoras, las heroínas, las que reivindican manifiestas, las que no, las que callan en silencio, las que reivindican, las científicas…etc. De la Mujer Migrante. Por ello, que hablemos de igualdad, no significa que hablemos de equidad.

Actualmente, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las mujeres representan cerca de la mitad de la población total de migrantes internacionales en el mundo. Se desplazan, cada vez más, como trabajadoras independientes, por lo general en busca de una vida mejor para ellas y sus familias. Ahora bien, en la mayoría de ocasiones, los patrones de desigualdad de género se repiten, no han cambiado, seguimos en el machismo y al llegar a destino tienden a encontrar trabajo en ocupaciones en las que siempre han predominado las mujeres, como el trabajo doméstico.

 

Este año 2021 ONU Mujeres para el día internacional de la mujer (8M) aborda el lema  “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”.

 

En España, la crisis del coronavirus ha afectado específicamente a las mujeres tanto en el frente laboral como en el de los cuidados [cs1] y por ello a la mujer migrante. Datos de Eurofund señalan un aumento del 0,4% de la brecha de género en el ámbito laboral entre abril y septiembre de 2020.

En las últimas tres décadas, España ha tenido una elevada concentración de mujeres migrantes en el empleo del hogar, especialmente provenientes de América Latina. Estas mujeres, son madres, hijas, hermanas, abuelas, se dedican a cuidar de otros, de esos otros, que las precarizan, victimizan y abusan de su condición de migrantes.

Carolina Elías, portavoz de la Asociación Sedoac, indica que “Las empleadas de hogar se sienten las grandes olvidadas de esta pandemia. El coronavirus no ha hecho más que agravar su situación y muchas de ellas se han quedado sin trabajo. Casi 13.000 han sido dadas de baja en la Seguridad Social este año”.

 

Y yo me pregunto ¿Quién cuida de las que siempre cuidan?🤷🏽‍♀️, ejercer el rol de cuidadora, es realmente agotador, precario, invisible, desgastante, poco satisfactorio y mucho menos valorado🤦🏻‍♀️. ¿Hablamos de igualdad?

 

En el mundo, según Naciones Unidas, más del 73% de la fuerza trabajadora en el hogar, son mujeres y apenas 22 países ratificaron el Convenio de la OIT sobre las trabajadoras domésticas, que reconoce las vulnerabilidades adicionales de las mujeres trabajadoras domésticas y protege los derechos y la dignidad.

El otro día hablaba con una técnica que me exponía el drama al que se exponen las mujeres refugiadas, por ser mujer, por ser migrante, por ser refugiada y por tener nulas o casi nulas sus posibilidades de desarrollo profesional en el lugar de acogida.

Este es uno de los muchos ejemplos a los que se exponen las mujeres, la invisibilidad, la victimización, la vulneración de derechos y al papel de segunda que forman ese coctel casi explosivo al que se exponen las mujeres cuando deciden migrar🤯. Por esto, para cambiar las cosas es fundamental la incorporación de la perspectiva de género a la construcción de las sociedades.

 

Para mí, hablar de la mujer trabajadora, sin duda es hablar de la mujer migrante🙋🏿‍♀️

 

Ahora bien, está claro que se están creando mecanismos para paliar esta situación, Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), son un ejemplo de ello, abordan la necesidad de alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Además, los ODS promueven el trabajo decente y el crecimiento económico mediante la búsqueda de empleo pleno, productivo y trabajo decente para todas las mujeres y hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la equidad salarial por un trabajo de igual valor.

Visibilizar a la mujer migrante, el papel tan importante que ocupan tanto en los países de acogida como en los lugares de emisión, debe otorgar la plena igualdad en el ámbito del trabajo asalariado (dando igualdad en el ámbito de los cuidados). Con la incorporación a los ODS se reconoce que esta situación es global y, por tanto, repercute en la economía mundial🔝. Si lo mirarnos a con prisma económico las remesas que envían las mujeres migrantes mejoran los medios de vida y la salud de sus familias y fortalecen la economía.

Seguir ignorándolo, no sólo es potenciar las desigualdades de género muy relacionadas con el trabajo de las mujeres, sino también con la injusta distribución de los cuidados. Se están produciendo cambios en España, como la Nueva regulación del servicio del hogar familiar y esto supone un cambio no sólo en las bases de cotización a todos aquellas trabajadoras adscritas en el Régimen Especial para Empleados del Hogar, sino también un compromiso dando consideración sobre el mercado de los cuidados a las mujeres.

 

Finalmente, como mujer migrante quiero sumarme con la reflexión y la reivindicación de la Comisión de Migración y Antirracismo del 8M:

«Somos mujeres migrantes, racializadas, sus hijas, las que vinimos pequeñas, las que nacimos aquí. Las refugiadas. Las que estamos aquí con y sin papeles. Las trabajadoras de la fresa, las porteadoras de la frontera Ceuta Melilla, las trabajadoras del hogar y los cuidados, las estudiantes, las madres, las camareras y limpiadoras de bares, hoteles y restaurantes. Somos todas, incluidas las asesinadas por la violencia machista que ya no están aquí. Las internas que no pueden salir, las expulsadas en vuelos de deportación y las que dejaron su vida en el mar intentando llegar a esta falsa promesa llamada Europa, que es la Europa fortaleza. Somos las otras.»

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