CUANDO LAS FRONTERAS SON MÁS FRONTERAS

CUANDO LAS FRONTERAS SON MÁS FRONTERAS

CUANDO LAS FRONTERAS SON MÁS FRONTERAS

El diccionario panhispánico del español jurídico determina que una frontera es la línea que marca el límite exterior del territorio de un estado, entendido como el espacio terrestre, marítimo y aéreo sobre el que ejerce su soberanía, lo que permite hablar de fronteras terrestres, marítimas y aéreas en función de la naturaleza física del espacio delimitado. Para mí y siendo objeto de esta entrada las fronteras ya han dejado de ser sólo una línea que marca el límite exterior, ahora también es el límite que tenemos con las relaciones interpersonales que tenemos.

Una de las fronteras más conocidas y destacadas por múltiples razones, es la americana, tanto al norte (Canadá) como al sur (México). La misma en la que desde hace una semana  el propio gobierno que está construido por inmigración, comenzó a deportar a los migrantes haitianos que se encontraban retenidos en un campamento totalmente improvisado en el sur de Texas, tras un cruce masivo del límite fronterizo  frontera. 

Y para quien no lo sepa, la situación actual de Haití es el triste resultado de un país, que fue colonizado por españoles y franceses, explotado y abandonado a su suerte después de muchos años le lucha contra la esclavitud y  la intervención americana☝🏽

 

¿Cuál es la historia de Haití?

 

Imagen tras el grave terremoto llegaron las lluvias de la tormenta tropical Grace. Orlando Barría Agencia EFE

 

Es más, para que lo sepas, Haití fue una de las primeras islas que “descubrió” Colón en su primer viaje del descubrimiento de América en el año 1492 y fue denominada como “La Navidad”. ¡Ojo! Que, al parecer, para el año 1540 la cultura indígena había sido totalmente aniquilada y los sobrevivientes fueron asimilados al resto de la población. Ahora, son sus descendientes quienes luchan por sobrevivir.

Bueno, es que en lo de Haití nadie se salva porque durante unos trecientos años fue una colonia francesa, ¿Hola?, ¿dónde está Francia ahora? ¡Ah! Lo mejor es que a partir del siglo XX, los estadounidenses hacen su gran aparición estelar, no sólo para ayudarles en la constitución de una república sino también para negociar las concesiones para construir trenes y desarrollar plantaciones que implicaron la expropiación de campesinos. 

Dato curioso, en 1910, Citibank compró una parte importante del Banque de la République d’Haïti, banco central que disponía del monopolio sobre la emisión de moneda. Ese mismo año el consorcio internacional de bancos refinanció la deuda de Haití y tomó el control de las finanzas del país y en el 1914, desde Estados Unidos envió a su ejército supuestamente para proteger las reservas de oro de Haití, estas, las llevaron a cajas fuertes a Nueva York…a ver si es que EE.UU. Es el único país capaz de llevarse cajas fuertes con dinero de otro y que este casualmente a los ocho meses el sistema político del país colapso necesitando nuevamente su intervención (que fuerte ¿no?🤨)

 

Y tú te preguntarás ¿Por qué te cuento esto? Porque la frontera que ha impuesto ahora Estados Unidos a la comunidad haitiana, nunca la tuvieron ¿no es un poco injusto?

 

Las fronteras al igual que nos unen porque nos dan seguridad, es nuestra zona de confort, lo conocido y esperado. Tiene un efecto placebo en nuestra identidad, no sólo porque nos ayuda a construirla (quienes somos y donde estamos), sino porque ayuda a la construcción de nuestro autoconcepto dentro de la sociedad. 

Tiene un efecto dañino para mí, el valor del “nosotros” en sociedad; nos conocemos, frente a los que están al otro lado: los “extranjeros”, los desconocidos, lo inculto, lo terrible, la amenaza contra la pretendida seguridad y tranquilidad de la que disfrutamos. Y bueno, la verdad es que es cierto, mira la historia de Haití, quien ha llegado, se lo ha llevado todo y poco ha dejado. 

 

UNICEF/UN034843/Abassi, UN-MINUSTAH

 

En este caso el “otro” ha sido el invasor, el que históricamente nos ha robado lo que teníamos y el que nos ha subyugado bajo su poder.

 

Si miras con un poco de detenimiento el concepto de la palabra frontera, tiene igualmente la misma dosis de “algo que nos une a la vez que nos separa”.  Además, todas las utilidades que antes mencionábamos y nos condiciona dependiendo del otro y de nosotros mismos, de la política, de la religión, de la nacionalidad, de la economía, de los lazos familiares, de la lengua, de nuestra propia identidad.

Al final, el problema puede que no sean las fronteras, sino las connotaciones a esta. Porque cuando la entendemos como algo que debemos defender para generar devoluciones en caliente, únicamente para defendernos del “otro”, del que está “más allá de”. Sólo genera una comunicación donde se acentúa nuestra inseguridad ante lo desconocido, provocando intolerancia, racismo, xenofobia y mucha discriminación por el rechazo a lo que no conocemos, y, a la diversidad cultural misma. ¡Ah! Y no te olvides de las violaciones a los derechos humanos que se generan en el camino😖

 

Pero sobre todo lo que hace que se te olvide con las fronteras, es que tú estás al otro lado y por ende también puedes ser quien quiera atravesarlas.

 

➡️Si te gusta el contenido o crees que puede ser útil para alguien, ¡No lo dudes, compártelo! Una manera de luchar contra el racismo es compartir buena información😉

No Comments

Post A Comment